tus manos arrancando la áspera corteza.
Tus manos trabajan, fuertes, firmes,
para sacar de lo tosco armonía y belleza.
Te veo tallando la dura madera,
tus manos acariciando esa forma nueva.
Tus manos trabajan, delicadas, tiernas,
Te veo tallando la dura madera,
tus manos acariciando esa forma nueva.
Tus manos trabajan, delicadas, tiernas,
para pulir y dar brillo a lo que nada era.
Ese leño es mi vida, Señor,
¡trabaja sobre ella!
El proceso duele,
Ese leño es mi vida, Señor,
¡trabaja sobre ella!
El proceso duele,
¡pero vale la pena!
Autor: Patricia Edith Alvarez
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