La mejor parte



¿Cuáles son las cosas urgentes en mi vida? ¿Cuáles las realmente vitales? ¿Qué es lo más costoso que tengo para ofrecerte?

Mi tiempo. Mi escaso, recargado y apretado tiempo.

Podría tratar de cubrir las necesidades urgentes, podría invertirlo en hacer más o en cumplir con lo mucho que ya hay por hacer.

O bien podría dedicarlo a lo primordial. Podría tomar mi agenda y colocar lo importante antes de las mil quinientas cosas apremiantes que reclaman mi atención.

Y lo fundamental es el tiempo que pase en tu presencia.

Es lo más importante. Lo único trascendental.

¿Cuántas veces lo sacrifico en el altar de lo urgente?

Vos estás demandando el primer lugar, el único, absoluto y exclusivo primer lugar. Y a veces se me hace tan difícil pasar tiempo con vos, permanecer en tu presencia, callada, esperando oírte...

Muchas veces, cuando lo intento, parece como si todos los problemas, las preocupaciones y las responsabilidades me cayeran encima como una avalancha.

Me cuesta enfocar mi mirada en vos e inclinar mi oído para escucharte.

Y estoy cansada... Estoy cansada de eso...

¿Quisieras tomar todas esas cargas y llevarlas por mí mientras descanso en tus brazos?


Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse. María la ha descubierto, y nadie se la quitará. Lucas 10:42


 Autor: Patricia Edith Alvarez

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