¿Cuáles son las cosas urgentes en mi vida? ¿Cuáles las realmente vitales? ¿Qué es lo más costoso que tengo para ofrecerte?
Mi tiempo. Mi escaso, recargado
y apretado tiempo.
Podría tratar de cubrir las
necesidades urgentes, podría invertirlo en hacer más o en cumplir con lo mucho
que ya hay por hacer.
O bien podría dedicarlo a lo
primordial. Podría tomar mi agenda y colocar lo importante antes de las mil
quinientas cosas apremiantes que reclaman mi atención.
Y lo fundamental es el tiempo
que pase en tu presencia.
Es lo más importante. Lo único
trascendental.
¿Cuántas veces lo sacrifico en
el altar de lo urgente?
Vos estás demandando el primer
lugar, el único, absoluto y exclusivo primer lugar. Y a veces se me hace tan
difícil pasar tiempo con vos, permanecer en tu presencia, callada, esperando
oírte...
Muchas veces, cuando lo
intento, parece como si todos los problemas, las preocupaciones y las
responsabilidades me cayeran encima como una avalancha.
Me cuesta enfocar mi mirada en
vos e inclinar mi oído para escucharte.
Y estoy cansada... Estoy
cansada de eso...
¿Quisieras tomar todas esas
cargas y llevarlas por mí mientras descanso en tus brazos?
Hay una sola cosa por la que
vale la pena preocuparse. María la ha descubierto, y nadie se la quitará. Lucas
10:42
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por pasar por aquí. Te invito a dejar tu comentario, las semillas enriquecedoras, llegadas de otros campos, siempre son bienvenidas.