Una vez, en un sueño, Salomón recibió una pregunta y una promesa:
“¿Qué es lo que quieres? ¡Pídeme, y yo te lo daré!” (1º Reyes 3:5-15)
Esa pregunta revela tu interés
por él, por saber qué anhelaba su corazón. Demuestra también la libertad de
elegir que le dabas y tu voluntad de conceder su petición.
Él podría no haber reconocido
su verdadera necesidad, podría haber pedido las riquezas, las victorias y la
vida pensando que su propia inteligencia le bastaría para gobernar y
administrar.
Sin embargo, hizo la petición
que te agradó y como consecuencia recibió la sabiduría y todo lo que no pidió
por añadidura.
¿Cómo respondería hoy si me preguntaras lo mismo? ¿Qué te pediría?
Por otra parte, ¿puedo honestamente hacerte la misma pregunta?
Decirte: Señor, ¿qué es lo que
querés?
¿Cuál sería tu respuesta?
¿Estoy realmente dispuesta a darte lo que me pidas?
Autor: Patricia Edith Alvarez
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