El día es hoy, el tiempo es ahora.
Ayer quedó para siempre
sepultado bajo el peso de tu gracia, entre la bruma de nuestras historias
separadas.
Ahora estás conmigo, en mí.
¿Mañana?
Solo vos lo sabés.
Mañana es un interrogante
apenas alumbrado por las primeras luces de este amanecer.
Aún es temprano. Todavía nada
me ha robado el asombro y la alegría.
No me dejes. No permitas que me
aleje nunca.
Quisiera que se detuviera el
tiempo y que este instante pudiera ser eterno.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que por su gran misericordia y mediante la resurreción de Jesucristo nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva,
1 Pedro 1:3 RVC
Autor: Patricia Edith Alvarez
(Escrito en 1992, recuerdos del
primer amor)
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